Estas sesiones están indicadas para reorganizar la dinámica familiar entorno a un niño/niña o adolescente que expresa síntomas o dificultades en la relación con padres, madres y/o hermanos y hermanas, así como en el ámbito escolar o social en el que se desenvuelve.
En muchos casos, las madres y/o padres se ven desbordados e impotentes en cuanto a la relación y/o el comportamiento de alguno de sus hijos o hijas y necesitan recuperar su lugar en la relación de padres. Se trata de crear una figura de autoridad “adecuada”, sin autoritarismo ni tampoco dejación, en la que los adultos puedan ejercer su función de ayudar a sus hijos e hijas a crecer, facilitándoles la expresión afectiva y emocional y compartiendo entre el “ser uno mismo” y estar con los demás de modo satisfactorio para ambas partes.
Se trabaja para poder hacer Pactos de Convivencia y Toma de Responsabilidades en vez de aplicar normas rígidas, o en su defecto, falta de límites adecuados para la convivencia.
La finalidad de la Orientación Familiar es ayudar a que los hijos e hijas se interesen en cuidarse; con hábitos saludables de alimentación, higiene, descanso, ejercicio físico, con lecturas, estudios, en proyectos de trabajo, en las relaciones sociales, etc.
En general, es un proceso terapéutico de pocas sesiones, donde si alguno de los miembros necesita resolver conflictos internos importantes para sí mismo, siempre se puede complementar con una Terapia Individual, que le ayude a integrar el aprendizaje a nivel familiar.
Este tipo de Orientación está especialmente recomendado para la adaptación e integración de aquellas familias en las que han acontecido cambios internos y/o externos, como pueden ser: nuevas parejas de padres y madres anteriormente separados y/o con hijos de relaciones anteriores, adopciones, nuevos nacimientos, duelos, cambios de residencia, etc.